Las
XVIII
Jornadas de Informática Sanitaria en Andalucía se han cerrado
el pasado viernes con 11.500
horas de inteligencia colectiva.
Aunque el cálculo supongo que resulta de multiplicar las horas de
sesiones y talleres por el número de inscritos, lo que no sería del
todo real ya que la asistencia
media
calculo que andaría por las noventa
personas,
supongo que refleja
el global
si incluimos el montante de interacciones
informales
que el formato y lugar de celebración favorecen.
Mi
resumen subjetivo es que todos somos conscientes de que
debemos conseguir más eficiencia en y gracias a las TIC y que
para ello hemos señalado algunas pautas, que los asistentes,
en sus diferentes roles debiéramos aplicar y ayudar a
difundir.
En
esa línea creo que destaca la necesidad de tener muy claro de
dónde se parte y qué se quiere conseguir, para lo que
es imprescindible medir y que las medidas ayuden a
retroalimentar al sistema en orden de conseguir sus
objetivos.
Y
en este sentido, a nivel anecdótico, quisiera dejar una paradoja
que se presentó sobre la eficiencia: partiendo de que el coste/día
de hospitalización es mayor al principio que los últimos
días de la estancia, si se consigue ser más eficiente y reducir
la estancia media, se liberarán últimos días de estancia que
se utilizarán para nuevos ingresos, lo que hará que el número
de primeros días de estancia aumente el coste económico
total. En este caso mejoraríamos el servicio a los
ciudadanos pero aumentaríamos el coste, salvo que se tomasen
acciones para redimensionar la oferta hospitalaria bajando el
coste y sin mejorer la calidad.
También
fue tema destacado la posibilidad/necesidad de aprovechar las
capacidades de las TIC para realizar cambios estructurales
y hacer que la medicina pase de ser reactiva a proactiva
mediante alarmas que facilitasen que se actuase antes de
ocurra el problema grave.
Otro
tema que se trató fue la necesidad real de corresponsabilizar
de verdad al ciudadano, gracias a las enormes posibilidades a
bajo coste que ofrecen las TIC, asumiendo un proceso hacia la salud
colaborativa que tiene muchos retos por delante pero también
muchas más oportunidades. Y la carpeta del ciudadano,
emergente en varios proyectos e ideas, es un paso en ese aspecto.
Un
tema que levantó pasiones fue cuando la Directora Gerente del Sergas
se quejó de que los proyectos TIC eran lentísimos.
Desgraciadamente su agenda no le permitió quedarse al debate
que fue bastante intenso en el que salieron temas como el larguísimo
proceso administrativo, las especificaciones cambiantes,
los diseños a medida, etc como factores más allá de la
eficiencia especifica de los profesionales TIC involucrados en
los proyectos.
Y
por último quiero citar un tema muy interesante en línea con lo
hablado en las jornadas sobre la necesidad de medir: el Índice
SEIS. La idea es definir una serie de criterios agrupados en
grandes líneas y con un desglose fino que monitorice la
aportación de las TIC en la mejora de la salud y la sanidad. Nos
presentaron unas versiones previas con debate aún abierto
entre dos grandes enfoques, partiendo desde los grandes objetivos
hasta los procesos o partiendo desde los procesos hasta los
objetivos. La discusión no es sólo académica, ya que influye en
los parámetros a establecer. La buena noticia es que está bastante
avanzado el trabajo y que pronto los servicios de salud podrán
tener una herramienta de comparación basada en la realidad
nacional.
Para
los interesados, varios asistentes hemos ido tuiteando las jornadas,
por lo que el que quiera conocer un poco más detalles puede
ir a Twitter y buscar la etiqueta #jisa18 y empezando
del más antiguo al más moderno se puede hacer un seguimiento con
puntos de vista subjetivos sobre lo allí ocurrido.
No
puedo dejar de hacer un par de autocríticas,
ya
que soy miembro de la SEIS. La primera es sobre el portal
de la SEIS que no
ha tenido la interactividad
que unas jornadas como estas necesitaban. Pronto empezará a tener
documentos y análisis de lo allí ocurrido y luego vendrán las
crónicas y análisis más cocinados en la revista
I+S. Pero en la segunda década del siglo XXI se necesita
bastante más.
La
otra es sobre la no deseada poca presencia de usuarios de las
TIC sanitarias en los roles de profesionales sanitarios y
ciudadanos usuarios de los sistemas de información
sanitarios. Tenemos que ser proactivos para que acudan en
número significativo, ya que si no estamos en riesgo de ser unos
TIC-sanitarios absolutistas: todo para los usuarios pero
sin los usuarios.
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